Mi querido compañero de aventuras, el de las cumbres más desafiantes y satisfactorias del amor. No puedo describir todo lo que me hace sentir tu sonrisa frente a mí, la magia que me transmite tu mirada cuando me clavas tus ojos y dices mi nombre, sin adorno alguno. Estoy celosa de la sombra que te acompaña cuando el rayo del sol te ilumina en las mañanas y de las luces de la noche que respaldan tu camino a casa.

Sos un domingo de cine, palomitas y pláticas felices. Sos los días de descanso dándonos besitos de nariz con música de Alex Ferreira de fondo. Las risas cómplices de los Tik Toks bajeros y los memes hirientes. Me deja sin aliento el privilegio de verte sonreír y que sea junto a mí y por mí. Eliminaste viejas culpas e inseguridades, le trajiste un sabor fresco de coco a mi pasado que dejó un gusto agridulce.

¿Habré pasado ya las pruebas necesarias para traerte hasta mí y ganar tu compañía hasta el final de mis días? Conviertes los días lluviosos de mi alma en ríos perfectos para navegar barcos de papel. Me haces soñar en futuros cercanos: una casa de campo y vacaciones en Machu Picchu. Sos luna de miel eterna, quédate conmigo hasta que el último suspiro de vida se escape de mi cuerpo.

Contigo los días en la comodidad de casa o los días en el ajetreo de la calle son igual de placenteros. Das paz a mi espíritu y coraje a mis decisiones. Amo tu personalidad hogareña con pizcas de aventura y riesgo. Sos la combinación perfecta de quietud y agitación. Me llenas de vitalidad con tu energía de vivir, apagas mis miedos antes de dormir y llenas de optimismo cada nuevo amanecer.

Gracias por tu apoyo en mis días tristes, tu abrazo en el silencio da refugio a mi tristeza. Gracias por tu interés constante, por indagar sobre mis sueños y aspiraciones, y acompañarlos hasta la línea de arranque. Gracias por acompañar mis hobbies y ser mi mayor fan en las tonterías de mis performances capricornianas. Soy el aire que enciende tu fuego y nos mantiene calientitos.

Tus besos son agua fresca que sacia mi sed, tus manos son el motor que enciende mis pasiones. La dulzura con la que tocas cada rincón de mi cuerpo estremece todo mi ser. Quiero seguir despertando con las cosquillas de tus dedos de los pies sobre los míos. Con tus pestañas abanicando mi rostro cuando estás cerquita de mí: "Buenos días, mi solecito".

Sos el arrullo de una canción de amor en mis audífonos, un bolero que me inspira el suspiro. El lienzo donde dibujo mis mayores sueños y el pincel con el que pinto mis coloridos textos de amor. Sos mi musa y mi arte, el punto de fuga donde se entrecruzan todos los caminos de la felicidad. Sos cielo y suelo, fantasía y realidad. El beso dulce de tu boca en las mañanas al despertar.

Sos mi casa y mi familia. Las ganas de descansar viendo Netflix y lavar nuestros trastes después de la cena. Sos la pared vacía que juntos decoramos con nuestras huellas de amor y compañía. Las navidades en familia y las vacaciones de semana santa en el ranchito de occidente. Los besos al atardecer con la brisa del mar acariciandonos, las ganas de quedarnos para siempre en nuestra quietud.

Contigo he encontrado la felicidad que deseaba, de saberme libre en todos los aspectos de mi vida, pero acompañando esa libertad con tu presencia. Me haces planificar un futuro, pero disfrutando también del azar en las sorpresas que me das. ¿Cómo es que somos tal para cuál? ¿Cómo es que te he encontrado en este inmenso mar llamado vida? Sos mi pirata favorito. ¡Ahoy!

Llegaste de forma inesperada y extraña, pero quiero seguir teniendo tu sonrisa como impulso y acariciar tu cabello ondulado mientras llega la noche y nos despedimos de otro día juntos. Sos todo lo que he manifestado y ahora está aquí. Un día lo escribí en un pequeño blog, luego de verte claramente en un sueño. Y un día leí todo lo que sabía de ti, antes de por fin conocerte. Porque lo que está destinado a ser, llegará por fin en el momento indicado. Lo que era desierto, será un acierto...



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