Agradezco a la vida por tus ojos pequeños, que se achinan al sonreír y que me recuerdan al origen de tu existencia. Tu júbilo y disposición a la acción me llenan de esperanza. Me gusta verte con lindura y motivación, con un cúmulo de sueños y con hambre por comerte el mundo entero.

La vida te abraza, la brisa de la naturaleza contempla tu paz, la luz del sol te sonríe. ¿Sientes el amor en tu pecho? ¿Te visualizas a ti? Se fueron los tiempos oscuros de incertidumbre y abandono. Ya no hay espacio para los reproches ni la pérdida de tiempo en bolsillos rotos.

Yo te esperaba con ansias, detrás del vidrio empañado por las lluvias del frío invierno. Aquellos octubres de huracanes intempestivos no volverán más, me traes ahora octubres de piscuchas y vientos de esperanza. Sos brisa fresca que acaricia el rostro, sos el olor a infancia y la sensación de familiaridad.

Jamás te había sentido como hoy. Estiro por fin mis brazos y puedo sentir tu calidez al corresponderme. Me sonrío cuando soy consciente de la fortuna que tengo por estar contigo. Ha costado hallarte y hoy me doy cuenta de que no hay nadie que me haga sentir esta serenidad y optimismo que me transmites en el aquí y el ahora. Déjame empaparme de este instante, que el mañana no sea mejor que el hoy.

Puedo sentir tus latidos con fuerza palpitando de alegría, ver las comisuras de tus labios corriendo hacia los extremos y el brillo de tus ojos delatando tu curiosidad. ¿Alguna vez esta sensación te fue familiar? ¿Fuiste consciente de lo valioso de este instante? Quiero que te quedes, esta noche, mañana, la efímera vida. No importa cuánto tiempo sea, pero anida por favor en este espacio que he dedicado para ti.

Aprovéchate de este momento. Engaña para siempre al dolor y encierralo en una jaula. Finge que la llave no existe. No dudes ni siquiera un poco; esto es lo mejor que puedes hacer. Aprovecha el amor que por fin encontré en ti. No dejes que se vuelva un espejismo, no me hagas dudar de su autenticidad. Esto no debe ser un simulacro, ni una obra puesta en escena. Aunque podrías ser el guion que necesito internalizar para siempre. Tercera llamada y definitiva.

Ya no quiero disimularte, ni ocultarte, ni difuminarte. Quiero presumir tu compañía, quiero que el mundo entienda por qué ahora guías mis pasos y cuidas mis decisiones. Me faltabas tú en la vida, me faltaba hundirme en tus deseos y permitir que tu corazón gobernara. 

No dejo de pensar en cada acontecimiento que te trajo, pero agradezco todo lo que construyó este templo en el que ahora habitas. Quiero que recuerdes cada día cuán feliz soy desde que estás aquí. No te vayas. Quédate conmigo. Seamos.


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