Suena la alarma del despertador y comienza un nuevo día. ¿Qué me espera? ¿El vacío de nuevo? ¿Las ilusiones apagadas? Hay un ruido infernal que no me deja tranquila, como el ruido de truenos anunciando una fuerte tormenta.
Siento el corazón como si estuviera por salirse de mi pecho, hay una lágrima que se quiere suicidar sobre mi mejilla. Trato de retenerla antes que promueva una revolución de llanto que no voy a poder detener. Sigo tratando, pero comienza a deslizarse y no hay nada que pueda hacer.
Son las ocho de la mañana y doy vueltas en la cama. Tengo ganas de no hacer nada, pero me desespera estar perdiendo mi vida de este modo. Cada minuto que pasa me recuerda lo que se está gastando... Mi vida, mis ganas de comerme al mundo.
¿En qué me he convertido? No puedo decir que me hayan obligado. Lo he hecho por mi propia cuenta como siempre ha sido. ¿Estoy volviendo a caer en el patrón de siempre? ¿Por qué me siento atraída a la pérdida? ¿Por qué siempre me dejo torturar por el compromiso de hacer feliz y no necesariamente serlo?
Ya no sé qué hacer. Me siento encerrada otra vez y creo que tiré la llave de la jaula, lejos de mi alcance. Autosaboteándome de nuevo, como siempre. Quiero gritar y pedir ayuda para ser libre, pero a la vez me da miedo volar lejos de aquí. ¿Y si no sobrevivo? ¿Y si ya no estoy lista para arriesgar?
¿Qué puedo hacer? En serio no sé qué hacer. Me siento frustrada, me siento atrapada. Creo que soy feliz, pero a la vez siento que no. Me invade cierta nostalgia por lo que era antes, al principio. Me da tristeza en lo que se ha convertido. Me siento sola, me siento inútil. ¿Ya no soy valiosa? ¿Ya no merezco lo que un día hubo?
Sigo dando vueltas en mi cama, no he querido estar de pie, ni comer, ni dormir, ni salir... ¿Eso es la depresión? ¿O solo estoy ensimismada? Me da asco repetir en mi mente todos los pensamientos inquisidores, pensamientos que me torturan con viejos recuerdos. Recuerdos de lo bonito que era... ¿ya no? Ahí voy de nuevo... se me quitó el hambre. ¿Esto es amor o es desamor?
Se derritió el tiempo delante de mis ojos. Ya se acerca la hora de dormir de nuevo aunque siento que apenas me acabo de levantar. La ansiedad me está torturando, no sé si me dejará dormir. Escucho al dulce Drexler diciendo que mi corazón va a sanar, pero me cuesta respirar y hay una guerra en mi pecho, estallando dolor dentro de mí. ¿Qué me pasa? ¿Tan infeliz seré? Es un día menos para vivir... otro día más sin vivir...
Siento el corazón como si estuviera por salirse de mi pecho, hay una lágrima que se quiere suicidar sobre mi mejilla. Trato de retenerla antes que promueva una revolución de llanto que no voy a poder detener. Sigo tratando, pero comienza a deslizarse y no hay nada que pueda hacer.
Son las ocho de la mañana y doy vueltas en la cama. Tengo ganas de no hacer nada, pero me desespera estar perdiendo mi vida de este modo. Cada minuto que pasa me recuerda lo que se está gastando... Mi vida, mis ganas de comerme al mundo.
¿En qué me he convertido? No puedo decir que me hayan obligado. Lo he hecho por mi propia cuenta como siempre ha sido. ¿Estoy volviendo a caer en el patrón de siempre? ¿Por qué me siento atraída a la pérdida? ¿Por qué siempre me dejo torturar por el compromiso de hacer feliz y no necesariamente serlo?
Ya no sé qué hacer. Me siento encerrada otra vez y creo que tiré la llave de la jaula, lejos de mi alcance. Autosaboteándome de nuevo, como siempre. Quiero gritar y pedir ayuda para ser libre, pero a la vez me da miedo volar lejos de aquí. ¿Y si no sobrevivo? ¿Y si ya no estoy lista para arriesgar?
¿Qué puedo hacer? En serio no sé qué hacer. Me siento frustrada, me siento atrapada. Creo que soy feliz, pero a la vez siento que no. Me invade cierta nostalgia por lo que era antes, al principio. Me da tristeza en lo que se ha convertido. Me siento sola, me siento inútil. ¿Ya no soy valiosa? ¿Ya no merezco lo que un día hubo?
Sigo dando vueltas en mi cama, no he querido estar de pie, ni comer, ni dormir, ni salir... ¿Eso es la depresión? ¿O solo estoy ensimismada? Me da asco repetir en mi mente todos los pensamientos inquisidores, pensamientos que me torturan con viejos recuerdos. Recuerdos de lo bonito que era... ¿ya no? Ahí voy de nuevo... se me quitó el hambre. ¿Esto es amor o es desamor?
Se derritió el tiempo delante de mis ojos. Ya se acerca la hora de dormir de nuevo aunque siento que apenas me acabo de levantar. La ansiedad me está torturando, no sé si me dejará dormir. Escucho al dulce Drexler diciendo que mi corazón va a sanar, pero me cuesta respirar y hay una guerra en mi pecho, estallando dolor dentro de mí. ¿Qué me pasa? ¿Tan infeliz seré? Es un día menos para vivir... otro día más sin vivir...